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domingo, 12 de diciembre de 2010

Agradecimiento mutuo

Muchas veces se confunde no cumplir el objetivo con el fracaso. No es el caso de esta campaña de Vélez. Cerró un campeonato de 43 puntos, más efectivo que el último torneo que consiguió, fue el equipo que más goles hizo y quedó solo un tanto por encima de Estudiantes en goles recibidos. Fue, sin dudas, el que mostró el juego más vistoso. Contó con el goleador del campeonato, Silva, que en el último partido jugó casi en una pierna y estuvo intratable. Lo acompañaron en el ataque Moralez y Martinez, dos de los más desequilibrantes del torneo que encima se guardaron dos obras de arte para la última fecha. Somoza se adueñó de la mitad de la cancha, mete, corta y además juega y asiste. Dominguez fue un bastión en la defensa y su compañero de zaga, ya sea Tobio y Ortiz, se contagiaba de esa solvencia. Barovero se fue haciendo confiable y dueño del arco a medida que pasaron los partidos. Como si esa columna vertebral fuese poco Zapata fue un relojito que manejaba los tiempos del equipo. Papa jugaba de 3 y de 11 al mismo tiempo y cuando se lesionó Bella supo cumplir igual de bien esa función. Augusto Fernandez se amoldó a un equipo armado y fue mejorando con el paso del tiempo. Cubero y Gastón Díaz rendían en el lateral derecho. Si alguno de ellos no funcionaba estaban Cristaldo, Ricky Álvarez, Canteros, Razzotti, para tapar el bache y rendir igual de bien.

La gente de Vélez le reconoció el semestre a cada uno de ellos. Agotando las entradas para ir a Avellaneda, sabiendo que necesitaban casi de un milagro. El equipo respondió jugando uno de los mejores partidos del campeonato. Y con dos goles para poner en un cuadro. En especial el primero, Martinez recibió atrás de mitad de cancha, eludió jugadores y patadas, después del quinto rival que quedó en el piso definió ante De Olivera que no pudo hacer nada. En el segundo tiempo Maxi Moralez dejó la pelota colgada del ángulo, dando clase de cómo se patea un tiro libre. Incluso se pudo lucir Barovero cuando sacó un remate de Hauche con los pies. Poco se vio de Racing. Apenas destellos del colombiano Giovanni y poco más de Toranzo, cuando se ocupaba de jugar y no de pelearse con Zapata y Somoza.

Las noticias que llegaban desde Quilmes aplacaron los ánimos de la hinchada velezana y extrañamente levantaron a los hinchas de Racing. En seguida Somoza hizo gestos a su gente que desde ese momento se dedicó a agradecer a sus jugadores y en especial a su técnico, Ricardo Gareca. El Tigre agradeció pero aun no confirmó su continuidad. Gareca es hoy por hoy, el técnico de mayor tiempo de trabajo en la Primera del fútbol argentino y su proyecto no está atado a contrataciones, promesas ni objetivos. De no seguir él, Vélez continuará por el mismo camino pero con otro nombre encabezando el grupo. La gente ya manifestó su deseo, tanto por él como por los jugadores. Fue una tarde de agradecimientos mutuos.

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