La historia se repite. Comienza a ser algo cotidiano. Los equipos denominados chicos comienzan a pelear los torneos mientras que los grandes pelean los puestos de abajo.
Que River o Boca pelearan hasta las últimas fechas por ser campeones era algo típico en la historia futbolera de nuestro país. Desde hace unos años, esto cambió: equipos de los denominados chicos comenzaron a pisar más fuerte y ocupar los primeros puestos, mostrando una idea de juego y de buen pie.
Este panorama se vio claramente en el torneo que concluyó hace menos de una semana. Argentinos Jrs., que hacía veinticinco años que no salía campeón, volvió a coronarse. Con un equipo de jugadores jóvenes mezclados con la experiencia de José Luís Calderón, el Bicho consiguió lograr el objetivo menos pensado. Claudio Borghi, su entrenador, supo armar un equipo con una defensa fuerte, un mediocampo luchador y de buen pie, y una delantera con hambre de gol.
En el segundo puesto, terminó Estudiantes. Peleando en ambos frentes, perdió la punta en la anteúltima fecha cuando no pudo ganarle a Central y el equipo de Paternal ganó un partido atípico. Cosechó 40 puntos, uno menos que el campeón, alternando equipo A y el B dependiendo de los compromisos de la Copa. Entre sus filas tuvo al goleador del Clausura con 13 goles, Mauro Boselli.
Quizás la sorpresa estuvo en Mendoza. La dirigencia de Godoy Cruz pensó en el Turco Asad y su proyecto para salir de la temible zona de promoción. Nunca se imaginaron, que los llevaría a estar lidiando los primeros puestos. La ilusión se pincho en la fecha décimo quinta, en la que River le ganó por 2 a 1 en el Monumental.
Recién el cuarto puesto encontramos el primer grande. Independiente, que se perfilaba como el candidato, tuvo una racha negativa de resultados que lo alejó anímicamente de la lucha aunque hasta la anteúltima fecha tuvo posibilidades numéricas.
Hasta acá observamos a los que se disputaron los primeros puestos. En el camino quedaron Banfield y Vélez, que por tener la doble competencia, descuidaron el ámbito local. Sin embargo, demostraron que conservan la idea de juego que hizo que el año pasado sean campeones cada uno en un torneo.
Además de estos dos equipos, en la mitad de tabla finalizaron Newell¨S, Lanús, Huracán y Tigre que alternaron buenas y malas sin lograr la regularidad necesaria para llegar con chances al final del campeonato.
¿Y los grandes? Sacando a Independiente, Racing fue el que más puntos cosechó gracias a las victorias consecutivas conseguidas en la última parte del campeonato. Con esto logró escaparse de la promoción y agrandar su promedio pensando en lo que viene. En la tabla, lo sigue River. Con la delantera menos eficiente de sus 109 años de historia, el equipo de Núñez no pudo solucionar problemas técnicos y tácticos que venía arrastrando desde el campeonato pasado. En tanto, San Lorenzo y Boca terminaron con la misma cantidad de puntos. El primero se sumergió en las confusiones que tenía su técnico. No logró seguir un camino. Y el segundo, estuvo más preocupado por las internas dentro del plantel entre Palermo y Riquelme que por mejorar el juego. Un dato para reflexionar sobre la actualidad es que estos equipos cambiaron su director técnico. Salvo Independiente que lo hizo una vez finalizada la temporada, los demás fue durante el transcurso del torneo.
Por lo último de la tabla, quedaron los equipos ascendidos de esta temporada. Chacarita, con una dirigencia que busca más problemas que soluciones, cambió tres veces los técnicos en las diecinueve fechas. Mientras que Atlético Tucumán sintió el peso de la categoría y nunca se pudo adaptar. Por estos motivos, descendieron fechas antes de la finalización del torneo.
Cuatrocientos sesenta y cinco goles, súper clásico con la lluvia como protagonista, hinchada que se roba la manguera de los bomberos. El fútbol argentino tiene esas cosas que lo hacen único. Ahora se tomará receso por dos meses y monedas, para dar paso al Mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario