Argentinos Juniors dio un nuevo gran paso hacia su sueño de campeón, a dos fechas del final. Superó a San Lorenzo por 2 a 1 en el Nuevo Gasómetro con cambios acertados del “Bichi” Borghi cuando el equipo parecía no tener respuestas. De esta manera, quedó segundo con 35 puntos, a uno del líder Estudiantes.
El Bicho llegaba al Bajo Flores con la misión de tener que dar una nueva prueba de carácter para ver si está o no para dar la vuelta. Pero costó. Los volantes centrales, Mercier y Ortigoza, no pudieron tener el nivel que venían mostrando durante gran parte del campeonato. Coria, el encargado de crear, no aparecía. Y tampoco se veía desequilibrio por las bandas: Prósperi y Oberman estaban apagados. San Lorenzo, por su parte, era otra sombra. Mucho más parecido al que perdió contra Boca, que al que le ganó a Independiente y Huracán. Por eso el partido estaba metido en un pozo. A todo esto, Borghi, fiel a su forma de ser, nunca se desesperó. Pero las cosas seguían sin salirle. El Ciclón tuvo dos claras. En la primera, Caruzzo le sacó con la cabeza un tiro a Leiva, pero en la segunda, apareció la apertura del marcador. En un gran contraataque, Palomino le robó la pelota a Sosa y dejó a Bordagaray mano a mano con Peric. El arquero se lo tapó, pero Alfaro metió el rebote a cinco minutos del final. Salvo un par de intentos aislados de Sosa, el visitante jamás arrimó peligro al arco de Migliore. Así se fue el primer tiempo.
Con la obligación de ganar, porque a esa altura Estudiantes ya estaba derrotando a Chacarita, Argentinos salió más decidido a darlo vuelta. En los primeros minutos, Borghi metió dos cambios claves: Fede Domínguez por Oberman y Raymonda por Canuto. A partir de allí se vio un partido totalmente distinto. Tuvo más desborde por las bandas, ganó en la posesión de la pelota y, con el ingreso de Pavlovich por Coria, se vio un mayor peso ofensivo. Luego de una excelente jugada colectiva llegó el empate. A los 15, Calderón le bajo la pelota a Domínguez, este envío un centro y Sosa la metió en el arco. Allí empezó la superioridad del Bicho. El local seguía totalmente perdido, incapaz de hilvanar una jugada con tres toques seguidos. Hubo tiempo para las jugadas polémicas en contra de Argentinos: penal no cobrado a Sosa y gol anulado a Calderón por un off-side dudoso. La justicia llegó a dos minutos del final. Raymonda y Pavlovich armaron una buena contra, que terminó en pase para Sosa que con su velocidad logró sacarse de encima a Migliore y definir con el arco libre. No hubo tiempo para mucho más, salvo para el delirio del público que se acercó desde La Paternal y que no quería irse del Nuevo Gasómetro. Ese público que no quiere despertar.
El tren de las ilusiones tiene su penúltima estación el domingo a las 14.10 en La Paternal, contra un Independiente prácticamente afuera de la pelea. Allí intentará alargar su racha invicta de 12 partidos, que consta de 9 victorias y 3 empates. El Ciclón, por su parte, visitará el lunes a Lanús.
El Bicho llegaba al Bajo Flores con la misión de tener que dar una nueva prueba de carácter para ver si está o no para dar la vuelta. Pero costó. Los volantes centrales, Mercier y Ortigoza, no pudieron tener el nivel que venían mostrando durante gran parte del campeonato. Coria, el encargado de crear, no aparecía. Y tampoco se veía desequilibrio por las bandas: Prósperi y Oberman estaban apagados. San Lorenzo, por su parte, era otra sombra. Mucho más parecido al que perdió contra Boca, que al que le ganó a Independiente y Huracán. Por eso el partido estaba metido en un pozo. A todo esto, Borghi, fiel a su forma de ser, nunca se desesperó. Pero las cosas seguían sin salirle. El Ciclón tuvo dos claras. En la primera, Caruzzo le sacó con la cabeza un tiro a Leiva, pero en la segunda, apareció la apertura del marcador. En un gran contraataque, Palomino le robó la pelota a Sosa y dejó a Bordagaray mano a mano con Peric. El arquero se lo tapó, pero Alfaro metió el rebote a cinco minutos del final. Salvo un par de intentos aislados de Sosa, el visitante jamás arrimó peligro al arco de Migliore. Así se fue el primer tiempo.
Con la obligación de ganar, porque a esa altura Estudiantes ya estaba derrotando a Chacarita, Argentinos salió más decidido a darlo vuelta. En los primeros minutos, Borghi metió dos cambios claves: Fede Domínguez por Oberman y Raymonda por Canuto. A partir de allí se vio un partido totalmente distinto. Tuvo más desborde por las bandas, ganó en la posesión de la pelota y, con el ingreso de Pavlovich por Coria, se vio un mayor peso ofensivo. Luego de una excelente jugada colectiva llegó el empate. A los 15, Calderón le bajo la pelota a Domínguez, este envío un centro y Sosa la metió en el arco. Allí empezó la superioridad del Bicho. El local seguía totalmente perdido, incapaz de hilvanar una jugada con tres toques seguidos. Hubo tiempo para las jugadas polémicas en contra de Argentinos: penal no cobrado a Sosa y gol anulado a Calderón por un off-side dudoso. La justicia llegó a dos minutos del final. Raymonda y Pavlovich armaron una buena contra, que terminó en pase para Sosa que con su velocidad logró sacarse de encima a Migliore y definir con el arco libre. No hubo tiempo para mucho más, salvo para el delirio del público que se acercó desde La Paternal y que no quería irse del Nuevo Gasómetro. Ese público que no quiere despertar.
El tren de las ilusiones tiene su penúltima estación el domingo a las 14.10 en La Paternal, contra un Independiente prácticamente afuera de la pelea. Allí intentará alargar su racha invicta de 12 partidos, que consta de 9 victorias y 3 empates. El Ciclón, por su parte, visitará el lunes a Lanús.
Foto: Gentileza TyC Sports
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