Muchos dicen que nos faltan jugadores

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jueves, 12 de agosto de 2010

Un nuevo comienzo

Se inició la era Batista en la Selección Nacional de fútbol con una escueta victoria 1 a 0 sobre Irlanda en la inauguración del Aviva Stadium de Dublin.

Después de la dolorosa eliminación del mundial de Sudáfrica, superados (o no tanto) los enfretamientos, peleas y declaraciones cruzadas, con un técnico nuevo pero viejo conocido, empezó el camino que tiene como próxima meta la Copa América del 2011 a disputarse en nuestro país.

Sergio Batista, campeón olímpico en Beiging 2008, tomó el mando de un barco que naufragaba en un mar de dudas. Toda la dirigencia de la AFA estaba más pendiente de las peleas y preocupada por los planteos que pudieran llegar a hacerle los referentes del plantel que de la elección de un nuevo técnico. En carácter de interino (por ahora) el Checho se hizo cargo del equipo, y con su habitual calma, seriedad y perfil bajo cambió un poco, sólo un poco, el clima interno. Fue el único que habló de fútbol, de proyectos, de ideas. Demostró su admiración por el campeón, España, y pidió copiar ese modelo.

En el partido se empezó a verse la idea. No hubo grandes cambios en los nombre, 9 de los 11 titulares jugaron en el equipo de Maradona. Cambió el sistema, del 4-3-3 vertiginoso y puramente vertical del Diego, Batista plantó un 4-1-4-1 tal cual usó la Furia durante la Copa del Mundo, y jugando de forma parecida, un equipo ocupando todo el ancho de la cancha, muy paciente (a veces demasiado), lateralizando cuando no podía conseguir la profundidad deseada. Las novedades, en cuanto a nombres, fueron los últimos grandes “5” salidos de Boca, Gago y Banega se pararon por delante de Mascherano y fueron los encargados de manejar la pelota, aportaron buen control, circulación e hicieron llegar el balón a Messi y a Di Maria, que jugaron casi como extremos. Los jugadores de los dos más grandes equipos de España aportaron explosión y desequilibrio pero a cuenta gotas. Higuain como único punta perdió un poco de la sorpresa y movilidad que lo caracteriza, pero fue el más atento en la jugada del gol como debe ser un centrodelantero; Romero, en el arco, no fue muy exigido aunque tuvo un par de salidas en falso, especialmente al final del partido, en centros cruzados; la línea de cuatro estuvo muy sólida aunque poco exigida, pero se repitió la misma historia de los últimos años Burdisso y Heinze en los laterales no tienen proyección, aunque el zurdo está más acostumbrado y pasó contadas veces la mitad de la cancha de manera aceptable, no es lo mismo que laterales clásicos. Con las modificaciones Batista generó la ilusión de un cambio en esta cuestión de los laterales, el ingreso de Emiliano Insúa y Pablo Zabaleta son señales de una idea a futuro aunque los dos estuvieron imprecisos y fueron desbordados repetidas veces. El resto de las variantes no aportaron mucho, Diego Milito sufrió la misma limitación espacial que Higuain, sumado a errores de manejo y decisiones equivocadas a la hora de pasar la pelota; Lavezzi ocupó el lugar de Messi y se presenta como un recambio interesante pero no mucho más que eso; Jonás Gutierrez por el sector izquierdo no fue nada nuevo: mucho recorrido, velocidad, un poquito de llegada, un poquito de ayuda en la marca y listo, tampoco tuvo tiempo para hacer otra cosa. La mayoría nos quedamos con ganas de ver a Pastore en lugar de alguno de los volantes centrales ofensivos y revivir esos pasajes de combinación en velocidad entre él y Messi. Hay que tener en cuenta que los jugadores están en plena pretemporada, por eso el nivel no puede ser el mejor. Lo importante es que la idea se vio reflejada en la cancha, el equipo jugó como quiso el entrenador.

El gol de Di Maria (en posición adelantada) a los 20 del primer tiempo con una emboquillada exquisita, fue un detalle que sirvió para ganar un amistoso solamente relevante por el debut del técnico. El rival poco hizo, evidentemente estuvo tan cerca de jugar el mundial (fue eliminado por Francia en el repechaje con la famosa mano de Henry) por el flojísimo nivel de la selección lusa.

Después de haber cumplido con un compromiso por demás incómodo, por la fecha y el momento del equipo, es el momento de definir el rumbo que deberá tomar esta selección. El presidente de la Asociación de Fútbol Argentino deberá tener en cuenta que el tiempo apremia, el “todo pasa” terminó, no puede improvisarse más ni basar las decisiones en caprichos personales o familiares. La Selección Argentina necesita un título en el corto plazo. En menos de un año seremos los anfitriones del torneo continental más importante. Los nombres que se manejan como posibles sucesores son, en casos, completamente antagónicos, de la misma forma que son opuestos entre si los últimos cuatro técnicos. Con cordura, seriedad, consenso, proyectos se puede llegar muy lejos. Casi tan lejos como estamos de esas cosas en el fútbol argentino. Por lo menos, de cara al amistoso del 11/9 frente al modelo a seguir y campeón del mundo en Buenos Aires, la presencia de Batista genera una sensación de paz como hacía tiempo no se vivía en AFA.
Foto gentileza Olé

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