Sébastien Loeb ganó el Rally de Francia y se coronó por séptima vez en el Mundial de Rally, cuando todavía faltan dos fechas para el final del campeonato. Cada vez más grande.
Cada año que pasa, sigue destrozando récords, sumando victorias y estrellas a un curriculum que parece que será inigualable.
El piloto francés llegó al triunfo sesenta, en su casa, en Alsacia (el paso por su pueblo, Haguenau, se suspendió debido a la cantidad de fanáticos que invadían la pista).
La leyenda comenzó en el año 2004, cuando el francés logró con el Citroén Xsara su primer título. En el 2007 logró igualar el récord del finlandés Tommi Makkinen, al obtener cuatro títulos en forma consecutiva. Un año después el francés sumó otro récord: el de cinco títulos, dejando atrás al mencionado Makinen y al otro finlandés, Juha Kankkunen con cuatro campeonatos cada uno. En los años siguientes iba a conseguir dos más para estirar esa cosecha a 7, los últimos tres con el C4.
Loeb y Citroen son desde hace más de seis años la gran bandera del deporte francés. Sólo un piloto de ese país había logrado desbancar a los escandinavos, que año a año (salvo excepciones) se llevaban los laureles, ese era Didier Auriol, que se consagró en 1994.
Con la compañía de su copiloto, el monegasco Daniel Elena, hoy Loeb logró la victoria por delante de su compañero de equipo, Daniel Sordó, luego de que ayer su compatriota Sébastien Ogier, su principal rival (y el seguro reemplazante de Loeb en Citroen) tenga problemas y quede finalmente en el sexto lugar, delante del argentino Federico Villagra que terminó séptimo con el Ford.
Loeb, de 36 años, sigue siendo el mejor piloto en actividad, y por sus logros, el mejor de todos los tiempos. Ahora, sólo resta saber cuando se retirará el francés, para que los demás pilotos tengan alguna mínima ilusión de pelear el título.
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