Victoria y aire

Boca venció como visitante a Tigre por 2 a 1. Los goles para el Xeneize los convirtieron Matías Giménez y Cristian Chávez, mientras que el empate parcial lo había puesto Denis Straqualursi. Los de Borghi volvieron a ganar luego de dos derrotas consecutivas.

El panorama previo al partido no era el mejor para los de La Boca. Habían perdido sus dos últimos encuentros, deambulando por la mitad de la tabla y achicando cada día más su promedio. El equipo no aparecía y el funcionamiento no era el esperado. El arquero no daba seguridad, la línea de 3 sufría por la subida de los carrileros y no se generaban situaciones claras de gol. Bueno, nada de esto cambió, sólo el resultado. Boca ganó en Victoria y consiguió tres puntos importantes, pero el nivel volvió a ser malo.

El desarrollo del encuentro se hizo monótono y aburrido. Se tornó predescible por momentos con Tigre apostando al pelotazo y Boca jugando con sus carrileros. Borghi apostó por Matías Giménez y le dio frutos, porque el primero de los dos goles lo convirtió justamente el ex Tigre. En una de sus arremetidas, le quedó una pelota afuera del área y definió fuerte, razante al segundo palo de Ardente. Lindo remate y ventaja para la visita. Mientras tanto, los locales insistían con marcar por arriba para aprovechar su altura. También les rindió, ya que el empate llegó por esa vía. Luego de un tiro libre, Denis Straqualursi conectó un cabezazo en el área que Luchetti no pudo frenar. Así se fue el primer tiempo, con la igualdad justa. Ya en el segundo, el técnico Xeneize apostó por el ingreso de Chávez, en lo que fue otro acierto del ex Argentinos (aunque Pochi no tendría que haber salido de los 11 iniciales). A partir de aquí Boca encontró ser más vertiginoso e inquietar a la defensa de Tigre. Tanto que llegó a arrinconarlo en su arco, más allá de la falta de ideas. La victoria no podía caer de otra manera: centro al área, rebote hacia el medio y fierrazo al arco. El goleador fue el recién ingresado, que pateó justo en tiempo y forma. Sacó un derechazo directo al palo derecho y abajo, completamente inatajable para cualquier arquero. Estalló la locura en el banco azul y oro, que festejó el 2-1 y hasta podrían haber sido tres con el último mano a mano de Lucas Viatri.

Tres unidades importantes, como visitante, ante un rival complicado. Boca nunca había ganado en el Monumental de Victoria desde que Tigre volvió a Primera, pero las rachas están para cortarlas. Sin jugar bien, consiguió un respiro importante para trabajar tranquilo de cara al próximo partido. ¿Volverá Román frente a Huracán?