El análisis de la sexta

Terminó una nueva fecha y dejó un saldo de tres punteros: River, Vélez y Estudiantes. El Millo venció a Arsenal, el Fortín igualó con San Lorenzo y el Pincha le ganó a Racing. Además, Independiente sigue sin encontrar un buen funcionamiento y Boca volvió a la victoria en Bahía.

No observamos buen fútbol ni partidos muy apasionantes, sin embargo esta fecha arrojó consecuencias históricas: hacía 10 años que no había tres lideres finalizada la sexta fecha. La última vez fue en el Clausura 2000 cuando River, San Lorenzo y Boca compartieron la primera posición con 14 puntos. Ese torneo justamente fue obtenido por la Banda, lo que hace que sus hinchas tengan otro motivo más para ilusionarse con el título. Su equipo juega para ganar y gana. Lejos está del tiki-tiki que reclama la historia en Núñez y el ideal de su dt, pero su necesidad no es otra que sumar de a tres. Salió del descenso directo y la promoción para enfocarse de lleno en la pelea por la punta. Enfrentó a un Arsenal tacaño que no se le animó más allá de haber tenido alguna posibilidad llevarse un triunfo del Monumental. Su gente está tranquila, confía en este equipo y se lo transmite a los jugadores. Ya no se impacientan cuando no llega un gol, siempre mantienen la calma. Se afirma cada día más en la lucha y el objetivo se acerca. Despacito, despacito...

Estudiantes y Vélez comparten la cima con River. El Pincha le ganó bien a Racing, a pesar que la Academia hizo un buen primer tiempo. Cayó en la final de la Recopa Sudamericana, dio vuelta la página rápidamente y es uno de los tres invictos del certamen. Además cuenta con un partido menos, el clásico frente a GELP. Pequeña mención para el Lobo, que no convirtió goles en seis fechas. Los de Sabella apuntan a ganar la Copa y el Apertura. Para este último, van muy bien encaminados. Por otro lado el Fortín se mantiene en la cima tras empatar con San Lorenzo en el Bajo Flores. Fue el partido que defraudó a todos sus espectadores, bajo en su nivel y con pocas emociones. Ni el afianzado Vélez ni el Falcón en el taller de Ramón pudieron sacarse ventajas en un encuentro para el olvido. El resultado no favoreció ni perjudicó a ninguno, aunque una victoria hubiese sido clave para cualquiera. La perla negra fueron los incidentes post-partido que opacaron una vez más este duelo. Dentro y fuera de la cancha nada bueno para rescatar.

Otro empate en cero y realmente malo fue el que protagonizaron Independiente y Quilmes. El Libertadores de América fue protagonista de, posiblemente, los peores 90 minutos del campeonato. Los de Avellaneda aún no ganaron y su situación preocupa. Parece quedar chico cualquier tipo de análisis, aunque los culpables están a la vista. Garnero no encuentra al equipo, los jugadores no responden en el campo de juego y la hinchada se impacienta. Panorama negro para el Rojo. Otro que está lejos del funcionamiento esperado es Boca. Volvió a la victoria en Bahía Blanca mostrando cuál es su estilo, jugar para los dos 9. Por momentos jugó bien pero se enfrentó a un Olimpo que no tuvo recursos para intimidarlo y que cuando lo hizo fue por culpa de su propio arquero Luchetti. Ganó merecidamente pero fue sólo un partido. La irregularidad del conjunto de Borghi hace pensar que difícilmente esta victoria sea un punto de partida para comenzar a ganar todos los partidos.