Un flaco sin fecha de vencimiento

Con su consagración del domingo último en el ATP de Houston (5-7 6-4 6-3 sobre Sam Querrey), Juan Ignacio Chela demostró que no está muerto quien pelea, y menos quien lo hace con la pasión y la fortaleza mental que Chelita demuestra en el court. Es él uno de los únicos –si no, EL único- sobreviviente de aquella camada de oro que asomaba por el circuito a finales de la década del noventa, y se consolida en la primera mitad de los 2000. Camada que tuvo como abanderados a nombres ilustres como Guillermo Cañas, Agustín Calleri, Mariano Puerta, Mariano Zabaleta y el ganador de Roland Garros 2004, Gastón Gaudio –estos últimos dos compañeros de andanzas fuera del court, algunas de ellas inmortalizadas en celuloide para su hilarante Tenis Pro-. La mayoría de estos tenistas ya han dicho adiós a la práctica profesional, y son solo un par los que aun pelean por no convertirse en un jubilado de la raqueta. Tal es el caso de Gaudio, quien transita sus últimos años de actividad en torneos de menor envergadura o mismo siendo invitado a otros más importantes pero sin conseguir ningún resultado trascendente; como también el del flaco de Ciudad Evita, del cual se puede nombrar muchos triunfos de renombre que serán recordados por el argentino seguidor del tenis por muchos años más. Triunfos tales como aquel tan sufrido ante el joven croata Sasa Tuksar buscando el quinto y decisivo punto que le diera a la Argentina el pase a semifinales de la Copa Davis en el año 2006; o aquella ante el australiano Lleyton Hewitt, por la tercera ronda del Abierto de Australia 2006, exactamente un año después de su tan recordada pelea en pleno court con escupitajo del flaco incluído, tomándose una merecida revancha del aussie. Su grata cosecha incluye cinco títulos, el más resonante, el último conseguido en Houston, por dejar en el camino a su némesis Lleyton Hewitt, por hacer lo mismo a uno de los créditos locales como Sam Querrey en la final, y por coronarse en un torneo del cual grandes estrellas del firmamento tenis se recuerdan como campeones, entre ellos Andy Roddick, Andre Agassi, Michael Chang, Tommy Haas y hasta el mismísimo Lleyton Hewitt.
Ya sin la cámara en mano, Chelita está de vuelta, y gracias a este último título se encuentra a un paso de volver a insertarse entre los 50 mejores, y a partir de eso vuelve a creer que puede pelearla en cualquier superficie contra cualquier rival, porque cuando está adentro de la cancha, el flaco se agranda y es un tenista de lo más pro.